Puabi, la sacerdotisa Sumeria allá por el 2550 a.C. Fue famosa por sus coronas de hojas de oro , sus collares de abalorios de lapis lazuli y cornalina
Acabamos de retroceder en el tiempo hasta el período comprendido entre 8000 y 6500 años, a.C .
Nos encontramos en lo que vendríamos conociendo como Oriente Medio, en plena Revolución del Neolítico.
¿No te acuerdas de lo que era el neolítico? Espera que refresco tu memoria. El Neolítico fue ese tiempo en el que la humanidad, pasaron de ser cazadores –recolectores a productores de comida. Eso es, las sociedades agrícolas. Esto permitió los asentamientos y el almacenaje del excedente de alimentos. También tener más posesiones materiales, impulsándose así los comercios y los intercambios. Todo ello, permitió la especialización de las manos de los artesanos.
En las sociedades mesopotámica (las actuales Syria e Irak), Indía y Egipto se desarrollaron sofisticados sistemas de irrigación, creando verdaderas ciudades. Las viviendas de piedra y ladrillo de barro, fueron construidas, propiciando las primeras formas de arquitectura permanente. ¿Te sitúas?
Ante toda esta revolución, las artesanías, y los trabajos más finos, no se quedaban atrás. Se dieron los primeros ejemplos de tejedurías y cerámicas, y la proliferación de diferentes formas de abalorios, se asocian al Neolítico. En posteriores fases, alrededor del 3500 a.C , se introdujeron los utensilios de metal, dando lugar a la siguiente fase de desarrollo, la Edad de Bronce.
Para comprender la expansión de los abalorios, hemos de prestar atención a la expansión de las culturas agrícolas. Fueron coetáneas, y se dio, desde las culturas montañosas de Oriente Medio, hasta el Mediterráneo. Un amplio territorio, con recursos desiguales, impulsaría las relaciones comerciales, uniendo así las diferentes sociedades culturales.
Los abalorios fabricados con materiales vírgenes y resistentes, alcanzaron un valor comercial. Se construían en pequeño tamaño, y de manera estandarizada, siendo fácilmente transportables. Se convirtieron en una comodidad para los mercaderes. Así la demanda por los materiales raros o EXÓTICOS, para ser usados como adornos. Todo ello ayudó a establecer redes de comercio con Medio Oriente y Asia Occidental, en un breve espacio de tiempo.
Se ha comprobado que alrededor del 6500 a.C, existían intercambios de largo alcance.
En Abu Huteyra, actual Siria, se han encontrado abalorios con forma de mariposa de ágata, o de serpentina, importados. Se realizaron con turquesas del Sinaí y con conchas del Mediterráneo.
En Çatal Hüyük (Turquía), se descubrieron abalorios de coral del Mediterráneo, datados en el 6000 a.C. En las tierras del Mediterráneo, los collares de cornalina fueron usados desde el Levante hasta las Islas de Chipre, por las gentes del Neolítico.
A partir del cuarto milenio, a.C, sistemas sofisticados de comercio evolucionaron, en los cuales, los abalorios y sus materiales a menudo desempeñaban un rol importante.
Los abalorios de lapis lazuli, piedra utilizada en innumerables amuletos, por las propiedades que se le atribuyen, fueron usados por los Sumerios del Sur de Mesopotamia, durante el tercer milenio. Éste era extraído en la antigua región Afgana de Badakhshan. Los abalorios atravesaban la escarpada meseta iraní, y eran garantizados por los intermediarios independientes, localizados en centros de población como por ejemplo Shahr- Shokta y Tepe Hissar.
En Shahr-Shokta se han encontrados grandes cantidades de abalorios tallados, y sin acabar. Han sido datados alrededor del 2600-2400 a.C. junto con herramientas, y grandes deshechos de Lapislázuli. Se considera que este punto no era tanto un centro artesanal, sino más bien un punto medio de transformación. El lapislázuli, era separado de la piedra caliza. Se tallaba desde Persia (Irán) y se trasportaba a Mesopotamia, en forma de pequeños bloques, lo que permitió economizar los costes de transporte.
Los primeros griegos de Micenas, quienes establecieron los contactos comerciales con las culturas de la Edad de Bronce del Báltico, intercambiaron cobre y bronce por el extraño ámbar con el que harían los abalorios..
Gran cantidad de abalorios de cristal fueron transportados miles de millas por las antiguas civilizaciones marineras fenicias y romanas.
Durante toda la antigüedad, los materiales vírgenes fueron más comercializados que los abalorios acabados. Un sistema de desarrollo en áreas rurales de Europa y Medio Oriente, suplían de materiales lujosos a los centros urbanos, donde los artesanos estaban bajo el amparo de la protección de ricos patronos. Esto conllevó a una especialización técnica y a comprender cómo los abalorios de técnica avanzada, habían podido llegar, mediante el comercio, hasta sociedades, técnicamente menos evolucionadas.
Bueno, hasta aquí nuestro viaje de hoy en el tiempo y en el espacio. Ahora ya nos hacemos una mejor idea, de cómo eran las joyas de aquella época. Es importante conocer la historia y la evolución de los abalorios, para poder dar un valor más completo a nuestras joyas.
Email:
info@pulauguecko.com